Me dice que llevan ropa especial, yo soy consciente de ello pero todavía, aunque quiera, no puedo entenderlo. Contentas nos sentamos en una de las filas de espectadores. Comienzan a salir señoras mayores que mi madre, ella me ha dicho que no suele pasarle a mamas jóvenes, tampoco entiendo el por qué , pero yo la escucho.
Y, de repente, aparece una chica, para mí es especial, me hace sentir bien, es como mi madre, pero ella tiene una larga melena negra ondulada y me doy cuenta de que lo pasó hace mucho tiempo y por eso ha crecido tan bonito, demostrándole a la vida que es fuerte.
Le pido a mi madre que me dé algo, cualquier cosa, para poder dibujarle, así que, entre las dos, buscamos, finalmente, solo encontramos un boli y un pequeño cartón, pero no importa la dibujaré de todos modos.
Finalmente marchamos y triste me pregunto si realmente me recordará.
¡Por fin! Ya ha pasado un año, volvemos juntas de la mano a ver a las luchadoras, pero ella no está allí... ¿Se habrá olvidado de mí? la busco una y otra vez y no la encuentro y, para mi alegría, cuando acaba el desfile la veo, estoy sorprendida, todavía no sé si feliz o triste, ya no tiene su larga melena, su pelo vuelve a estar corto y su cara está tan hinchada que parece más triste, está otra vez
Ahora lo sé, estoy feliz porque ella ríe contenta, porque se ha acordado de mí...
Vuelve a acabar el día, a penas he podido volver a verla pero no importa, hoy he ganado algo más que un peluche, y a partir de ahora cada vez que mi madre llore por las tristes heridas que dejan las duras batallas, yo cerraré los ojos con fuerza y le abrazaré pensando en tí, Raquel.
Para mí simpre serás algo más que un recuerdo, nunca te olvidaré.
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